Victor
Manuel Lagarda Aguilar
La cercanía de la
época electoral que dará lugar al cambio de gobierno estatal y municipal para
mediados del año que viene del 2015, reactiva a los partidos políticos para
hacer de entre su militancia, una selección exhaustiva de los mejores hombres y
mujeres para alcanzar los distintos puestos de elección popular. Todo ello es
normal y realmente se podría adivinar los desempeños de corte político que se
avecinan, donde todas las genialidades de los candidatos afloran y sus virtudes
son el aderezo cotidiano de su corte publicitario. Unos muy maduros en cuanto
al manejo de las mayorías, otros muy reveladores de una exclusiva condición
humana, pocas veces vista y ahora…….hasta enviados de Dios, para rescatar el timón
de una nave perdida..!
De meses acá, ha venido manejándose una sutil
promoción política de un sacerdote o ex sacerdote, que tras mostrar reales
virtudes de amor al prójimo, durante su estancia religiosa, ha venido siendo
ofertado a la opinión pública como posible solución para acabar de una vez con
el cacicazgo que han establecido aquí los Terán. Quienes lo promueven tienen
sus ojos vistos en que el Padre Ivan Bernal, sería el único, según ellos, que
le ganaría en las elecciones a Vicente Terán, si éste fuera nominado por el
Partido Revolucionario Institucional a la presidencia municipal, pero en su afán
de dar por hecho, lo que es imposible hacer derecho, olvidan que los
aguapretenses no coinciden en mantener una condición de trastorno político, que
nomás nos divide, pero que no nos une en el objetivo de progreso y desarrollo
que necesitamos los habitantes locales.
Las confrontaciones políticas se dan porque no
hay una comunicación que oriente hacia un sendero de armonía, donde coincidamos
entre todas nuestras diferencias. No nos hace falta en Agua Prieta, otro Padre
Solalinde, aquí nos hace falta unirnos para mejorarnos e impedir que nuestros
destinos políticos los administre un mercantilista de esta ciencia, para
demostrar con números en mano quien le sirve a Agua Prieta y quien lo
confronta!
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