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lunes, 19 de agosto de 2013

Caro, senil y casi ciego

CD. DE MÉXICO.- Rafael Caro Quintero está senil, casi ciego, padece múltiples enfermedades y sería 22 años más viejo de lo que públicamente se supone. La versión pública de la sentencia dictada la semana pasada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal en Guadalajara para liberar a Caro Quintero suprimió los datos relativos a su edad, pero consta que en 2010, su defensa alegó que debía recibir el beneficio de no purgar su condena en la cárcel por su senilidad y precario estado de salud. "La peligrosidad de mi defendido (Caro Quintero) no puede ser la misma que podría considerarse que tenía al momento de cometer los delitos que se le atribuyen, porque en ese tiempo contaba con 55 años de edad", afirmó la defensa en 2010, en el único párrafo con una referencia a la edad de Caro que escapó de la censura. Los principales delitos fueron cometidos en 1985, lo que implicaría que Caro nació en 1930, cuando todas las alusiones oficiales a su fecha de nacimiento indican que nació el 3 de octubre de 1952, por lo que actualmente tendría 60 años de edad. El 29 de agosto de 2005, peritos médicos de la PGR examinaron a Caro en el penal de Almoloya y concluyeron que estaba senil, una condición que habría sido extraordinariamente inusual para un hombre que supuestamente estaba por cumplir 53 años, pero no así para una persona de 75 años. Los peritos describieron a Caro como un "adulto mayor", término que se reserva para los mayores de 60 años, y afirmaron que requería tratamiento geriátrico especializado y no debía seguir en un penal de alta seguridad. "A la inspección general se aprecia con dificultad para la deambulación, ya que camina torpemente con irregularidad en los pasos (unos más cortos y otros más largos) e inestabilidad (como si se fuera a caer)", narraron los médicos de PGR. "Se trata de un paciente senil", agregaron. "Durante el interrogatorio dirigido valoramos que su lenguaje y pensamiento son demasiado lentos, se aprecia confuso con alteraciones en la memoria a acontecimientos recientes, acompañándose también de deterioro sensorial". Durante el examen, Caro declaró que había sido sometido a prostatectomía y cirugía de hernia hiatal en 1987 y a una tiroidectomia en 1980. De ser cierto que nació en 1952, sólo hubiera tenido 35 y 28 años de edad al someterse a esas cirugías. Caro agregó que en 1997 sufrió un infarto al miocardio y estaba bajo tratamiento por insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial sistémica, glaucoma de ojo derecho, y protocolo de estudio por un probable tumor en el colon. La insuficiencia cardiaca era tan grave, que los médicos de la defensa informaron al juez que la arteria coronaria derecha estaba bloqueada en un 80 por ciento. La defensa de Caro buscó convencer al magistrado de apelación que se debía aplicar el artículo 55 del Código Penal Federal, que permite que los mayores de 70 años o las personas seniles o en precario estado de salud, compurguen su sentencia fuera de prisión sujetos a medidas de seguridad. "Además de su senilidad demostrada, (Caro) presenta un precario estado de salud, y por ello no representa peligro social alguno, pues está parcialmente ciego (carece de la visión en un ojo y en otro está muy disminuida)", sostuvo la defensa. En abril de 2011, la petición fue rechazada por el tribunal unitario que confirmó la condena contra el narcotraficante.

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